domingo, 2 de agosto de 2020

Joni Mitchell : Court and Spark


Año de publicación: 1974

Valoración: muy recomendable

Se hace un poco difícil hablar de un disco que se ha conocido y disfrutado fuera de la época de su publicación, fuera del entorno en que surgió tanto social como musical. Si a ello le añadimos que, los que despertamos a ciertos gustos musicales propios hacia finales de los 70, rodeados de sonidos disco, de punk y new wave como reacción a la modorra prog-rock, en ese momento Joni Mitchell, delicada cantautora más arraigada en escenas relacionadas con el folk y el jazz, puede, recuerdo haber tenido referencias por la prensa musical que ya por entonces empecé a devotar, que me sonara demasiado matizada, demasiado poco ruidosa, demasiado adulta para comprender su música y disfrutarla.
No me importa reconocer que fue la inclusión de dos canciones de este disco (las elegantemente entrelazadas People's partiesPeople's parties The same situation) en una antigua sesión de Zero 7 lo que me llamó la atención. La voz, a la vez gris y poco dada a estridencias como rica en matices y técnicamente impecable, y la estructura de las dos canciones, atípica por su ausencia de estribillos, con cierto aire conversacional y narrativo más que percusivo en el mensaje, como solía ser el pop. A medida que indagué sobre el disco descubrí que fue un gran éxito en su momento, especialmente en Canadá, país nativo de la cantautora, que ya había publicado varios discos y que se movía en sonoridades (obviamente adultas) que picoteaban de jazz, pop y folk.
Court and Spark cumple con todas esas premisas y sería un álbum perfecto si le extrajéramos un par de canciones que no solo cercenan el tono íntimo del disco sino que incluso, a mí, me crispan algo los nervios, con sus salidas de tono: Twisted y Raised and Robbery, especialmente la segunda con su absurdo arranque country and western que la convierte en una canción de cervecería en Missouri y que no tiene nada que ver con todo lo que la rodea, que es música meditada, ejecutada con mimo y con seguridad.  Help Me, por ejemplo, parece respirar aires de bossa nova (las flautas) mientras Court and Spark mezcla aires jazz y suaves guitarras slide, la mencionada The same situation incluye en sus escasos dos minutos y medio tanto brillante piano como espléndidas cuerdas. Aparte de la meticulosidad de arreglos, de su voluntad de contención, Mitchell no necesitaba aspavientos para mostrar la radicalidad de su propuesta (boina ladeada, chaqueta de cuero y guitarra colgando, rehuía la imagen de fragilidad atribuida a las cantantes solistas de su momento) y su influencia persiste presente y es visible en artistas década tras década, kd lang, Goldfrapp, Rufus Wainwright y muy recientemente el excelente último disco de Weyes Blood pueden testificarlo, y no solo en la reproducción de esa manera de cantar en tonos graves y solemnes: la mezcla desacomplejada de influencias también es algo que aportó.

1 comentario:

  1. Ha sido interesante encontrarte y leerte
    Un saludos desde la caliente ciudad de Miami

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