domingo, 3 de abril de 2022

Rex Orange County: Who cares?


Año de publicación:
2022
Valoración: muy recomendable

Debo reconocer que no sabría ni quién es Rex Orange County de no haber aportado su voz ligeramente perezosa a un par de canciones en el brillante Flowerboy de Tyler The Creator. Y que este Who cares?, cuarto disco del músico británico puede que no sea uno de esos trabajos innovadores y arrebatadores que cambia el panorama musical, pero resulta tratarse del típico disco que, aún sonando algo plano de primeras, crece con las escuchas y revela capas que lo acaban convirtiendo en un disco muy notable.

Podríamos llamarle cantautor pero quizás la definición queda demasiado encasillada en la clásica imagen, y no, Alexander O'Connor desprende una imagen nada sofisticada, parece un estudiante con un trabajo precario a media jornada, muy adecuado a sus escasos veinticuatro años, y sus primeros pasos se dieron por internet. Todo muy sencillo y cercano. Sus referencias son dispares, pero esta claro que apela a ciertos aires clásicos, siendo Stevie Wonder una referencia clarísima, especialmente en ese fraseo ligeramente nasal que domina las canciones, una vez en apariencia poco dada a los alardes, como un Rufus Wainwright (en el alargue de las sílabas) sin histrionismo ni gorgoritos, y uno diría que hay algún deje de (otros influidos por Wonder) Jamiroquai o Bruno Mars, pero la cuestión vocal no es central. Who cares? no llega a los cuarenta y cinco minutos ni a la docena de canciones. Difícil de definir, se trata de un pop con aires soul y con una cierta sofisticación que podría parecer low cost pero no es así. Una de las marcas del disco es la presencia en las canciones de precisos arreglos de cuerda, que les aportan una capa de calidez que acerca al oyente a unas composiciones de aire casual, con tonalidades algo melancólicas pero con un recorrido brillante. Y por lo menos hay cuatro canciones excelentes, casi canónicas, que ya es una enorme marca hoy en día, cosa que no quiere decir que el resto de material sea de relleno, simplemente es imposible no remarcarlas: One In A Million - aquí en vivo, la versión en estudio dispone de unos arabescos de cuerda simplemente fascinantes, Open a window, en la que Tyler The Creator le devuelve el favor, 7AM, puro diario de lo casual y Shoot me Down, poco frecuente encontrar una canción clave en un disco tan cerca del final. Cuatro ejemplos brillantes de pop sofisticado, sin demasiado embalaje de producción: voz, piano, y esas cuerdas que (al igual que en el disco de Lloyd Cole) aportan un brillo especial.

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