domingo, 17 de enero de 2021

Massive Attack: Blue Lines


Año de publicación: 1991

Valoración: imprescindible

Pues se acaba hoy la pequeña extravagancia que suponía no haber reseñado aquí el debut de Massive Attack y sí su, también brillante pero obviamente de menor impacto, segundo disco, Protection. Quizás ya era el momento de sucumbir a la conmoción del disco y hacer justicia.

Porque Blue Lines significó, y ya son treinta años, no solamente el primer gran disco publicado de la Santa Trinidad del Trip Hop, sino una de esas patentes constataciones de que la escena musical cambiante empezaba a generar su mitología, y que esta mitología se caracterizaba por una mezcla, no podía ser otra manera, de creatividad y desinihibición, que había asumido y absorbido la oleada electrónica y que la había integrado en un sonido narcótico y meditativo, que incorporaba elementos propios de la cultura de clubs pero que tenía la vista puesta en otros horizontes; el hip hop, el dub, todo el torbellino multirracial, multicultural y hasta multidisciplinar (recordad lo mucho que se insiste en que Robert Del Naja es Banksy) de los últimos años del thatcherismo, encarnando una primera y contundente punta de lanza de una música valiente, vanguardista y con regusto a clásico inmediato desde el día de su publicación.

En todo caso, apenas notamos esa especie de ventisca antes de que la imparable línea de bajo de Safe From Harm sirva de introducción a la voz de Shara Nelson (una de las voces invitadas) y notemos la percusión rebotando mientras el bajo no cesa en su burbujeo, apenas ese par de minutos ya nos muestra un universo diferente, aunque esté confeccionado con elementos no necesariamente novedosos por sí mismos. Ese era el primer golpe: no pasaba nada por convertir un disco en una suma de influencias personales, de apropiarse de bases rítmicas de discos oscuros o que habían pasado desapercibidos y darles brillo: quizás eso era, más que una apropiación, una muy honesta reivindicación, pero es que al margen de los muy célebres singles Unfinished Sympathy, omnipresente como fondo sonoro para generar una especie de aire tenso pero elegante, y prodigioso ejemplo de integración de cuerdas y ritmos más propios de otras escenas musicales, o Daydreaming, simplemente solo ellos podían conseguir un hit de un ritmo casi de juguete, al margen de esos tres clásicos incontestables, cualquiera de las nueve canciones que integran este disco son pura gloria y demos gracias que muchas de ellas se han librado de la sobreexposición y nos hemos librado de tener que escucharlas en contextos poco propicios: el ritmo casi percusivo de Lately, con sus apariciones de cuerdas, el casi-raggamuffin cortesía de las apariciones de Horace Andy (un veterano cantante de estilos jamaicanos) en maravillas como Five Man Army o Hymn Of The Big Wheel, o ese blues arrastrado llamado One love. 

En fin, siendo exhaustivos no podemos olvidar la deliciosa versión de Be Thankful For What You've Got ni el diálogo entre MCs en el tema que da título al disco. Música brillante, cuajada de influencias y llena de matices que renegaba de preconcepciones, complejos y pretensiones de pureza, convirtiéndose paradójicamente en algo que entregaba un mensaje sólido y compacto: hay que mezclarlo todo, generar una argamasa que guiñe hacia todos lados con sus múltiples facetas, y alejados del estereotipo de banda que el rock había instaurado en el imaginario del oyente. Massive Attack eran otra cosa diferente a todo, y tres décadas después, por muchos mediocres imitadores y émulos (la lista es interminable) que surgieron a sus estela, Blue Lines todavia reluce y muestra nuevos matices.

1 comentario:

  1. Obra maestra! Insuperable. Marcó una época. Me extraña que no menciones la participación de Tricky.
    Saludos

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