Año de publicación: 1983
Valoración: muy recomendable
Valoración: muy recomendable
Como le pasaba al sello Mute gracias a los bombazos comerciales de Depeche Mode (y, más tarde, de Erasure), solamente el éxito de Soft Cell, mejor dicho, de Tainted Love puede explicar que Stevo, manager de Some Bizzare, convenciera a Epic para publicar un disco tan extraño como Soul Mining. Y debemos dar las gracias: desde su portada reconocible hasta el arranque con el ritmo crudo, agresivo, árido, con el que se inicia I've Been Waitin' for Tomorrow (All of My Life), nos encontramos ante un disco único, confiado, vehemente, de esos discos que cuesta concebir se publicaran con una cierta repercusión hace más de 30 años, solo concebibles en un contexto de creatividad chispeante y con un público receptivo y ávido de actuar como receptáculo de innovación y experimentos.
1983 era, aún un tiempo en que este escenario era posible. Y The The era, casi, un proyecto personal de Matt Johnson, aunque contara con la ayuda de músicos de la estela experimental (Thomas Leer o Jim Thirlwell), Johnson, pose algo errática, voz profunda con una pulsación tenuemente agresiva, problemas (aspecto muy frecuente en la época) de diversas adicciones, gusto por los instrumentos poco convencionales (flauta, acordeón) en general, un espíritu aguerrido y reivindicativo de sonoridades cuyas influencias resulta difícil detectar, no son claras, no son evidentes, así que sí, The The, representaban una novedad, una llamada de atención en medio de un movimiento, el synth-pop, consecuencia de otro, la new wave, a su vez continuación del after-punk, que ya sabemos, me seguís, de que era "after". El synth-pop, por eso, ya había entrado en franca remisión, rápidamente asimilado por el mainstream, y 1983 era una especie de pandemónium donde se mezclaba todo tipo de tendencias, incluyendo a los músicos denostados por el punk intentando reciclarse, un melting-pot musical que podía incluir a los Style Council, los Simple Minds, Frankie Goes to Hollywood, la efervescencia del heavy-metal como reivindicación del sonido de guitarras, y un extenso etcétera donde la máxima parecía ser que todo el mundo podía encontrar su público, vender sus discos, obtener sus minutos en algún programa de TV, hacerse célebre.
Soul Mining es un emblema de esa abigarrada mixtura: This is The Day, mid tempo que aún hoy suena fresco y optimista, con su acordeón (sustituído en algunas grabaciones por una armónica) y su progresiva entrada (algunas canciones surgen del silencio), melodía dulce, contrasta con The Sinking Feeling, más acelerada, como si fuera un himno after-punk despojado de flecos, oscuridad y distorsión (curioso, retrospectivamente me doy cuenta de que la voz de Johnson, marcial, cortante, conserva algunas reminiscencias de la de Ian Curtis, y de que la guitarra parece anticipar sonoridades de The Cure), Soul Mining, la canción, parece incluir un estribillo tarareable como si fuera una de esas canciones de acampada, cuando el disco no puede sonar más urbano, y claro, el disco contiene uno de los emblemas de la carrera del grupo, la monumental Uncertain smile, aquí en su versión corta pero completamente imprescindible en su versión de 12", con sus oleadas de cuerdas, el ronroneo vocal de Johnson y ese piano esplendoroso que la cierra, que ahora me he enterado de que fue cortesía de Jools Holland, nada más y nada menos. Que viene a ser una especie de espectacular y perfecto cierre de círculo. La escena británica de los efervescentes primeros años de los 80 era un enorme hervidero de influencias y evolución de las tendencias en el que es posible que existieran, dónde no, la competitividad, los celos, las envidias, pero esa mezcolanza aportó un plus de creatividad, de osadía, de desvergüenza que ahora, en una escena dominada por apenas tres o cuatro tendencias cerradas en sí mismas, deberíamos echar de menos.
Hola Francesc, siempre me pareció un disco relativamente comercial en el circuito alternativo de aquel momento.
ResponderEliminarVarias personas conocidas lo tenían grabado o en LP. Recuerdo también que pinchaban This is the day en algún pub a finales de los 80.
Saludos y qué siga la racha de buenos discos reseñados.