domingo, 11 de noviembre de 2018

Meat Loaf: Bat out of hell

Año de publicación: 1977
Valoración: seminal

Meat Loaf era, es, su apelativo. "Cacho Carne". Marvin Lee Aday su nombre civil, y este fue su segundo álbum y la prueba fehaciente de que fue el disco por el que será recordado es que, cada vez que ha necesitado advertir al mundo acerca de su presencia, algunos de sus discos han acudido al socorrido truco de llamarse Murciélago del infierno IIBat out of Hell III. 
Lo que consiguió en este disco puede ser fruto de la casualidad, aunque los ingredientes, claro, cuentan. Producción de Todd Rundgren, músico relativamente vanguardista a caballo entre lo clásico y lo experimental (sin pasarse). Impactante ilustración de portada a cargo de Richard Corben, celebrado dibujante, con cielos rojos, murciélagos y cementerios y el tipo musculado (quede claro que no se trata de Loaf, que parecía un anuncio andante sobre los peligros del abuso del fast-food, el colesterol y las cardiopatías) sobre una moto. Haría las delicias del amigo Oriol.
Con la debida distancia de las cuatro décadas transcurridas, esas referencias gráficas y sonoras podrían resultar, hoy en día, incluso risibles. ¡Pero si acabamos de celebrar Halloween y la cultura zombie es casi un gancho para pre-adolescentes! En cualquier, caso, quede claro que estamos ante un disco enormemente inspirado. De aires épicos y grandilocuentes, casi una ópera-rock con sus correspondientes vaivenes y su tensión acumulada, cosa que hoy puede parecernos hasta grotesco. El sonido hoy puede parecernos un poco plano, pero responde a los cánones de la época. Guitarras, batería  con caja atronadora, los teclados de Roy Bittan (de la E-Street Band de Springsteen, toda una garantía, y sus fraseos de piano merecen atención), y la voz de Meat Loaf, en el punto exacto de intimidación y leve guturalidad, un cantante solvente y expresivo, la indudable baza del disco pues su voz lo acapara todo y le aporta ese aire ligeramente perverso.
Siete canciones, equilibrio entre baladas (Meat Loaf no tiene la culpa de que los Scorpions o Aerosmith "elevaran" la balada heavy metal a las cotas de vergüenza ajena en que se situó) y largos temas más rápidos, la poderosa baza del disco, auténticas "opus" con parones y acelerones, dando tiempo a toda clase de recursos más o menos "creativos", incluyendo interludios carnales de aires funkies, y por supuesto, subidones de esos dignos para los directos y para inflamar habitaciones veinteañeras. 
Desde el arranque con la canción del título, conducida por el piano de Bittan, pasando por el majestuoso mid tempo de You Took The Words Right Out Of My Mouth, gloriosa muestra de la capacidad vocal de Marvin Lee Aday, que conduce toda la canción, con las paradas obligatorias en Paradise By The Dashboard Light, con sus idas y venidas, definidas por la épica y un cierto aire misógino e insano, y, claro, el tono casi eclesiástico en baladas como Two Out Of Three Ain't Bad, tan celebradas en su tiempo que hoy nos parecen canciones para bodas kitsch.
Del grupo poco más se supo salvo por los intentos de recuperación de la gloria con las sucesivas revisiones de este disco. Ah, perdón. Meat Loaf tendría un enorme éxito en un dueto con Bonnie Tyler en una canción insoportable llamada Total eclipse of the heart. Ningún karaoke borracho a las cinco de la mañana está completo sin ella.


2 comentarios:

  1. Bueno, bueno Sir Françesc: se ha despachado usted a gusto. Simpática e interesante reseña. Disco ENORME como el Cacho Carne (loncha le hubiera dicho yo). Portada épica. Buenos temas y excelente producción. Un clásico sin duda. Y era considerado heavy metal, a pesar de usted Sir, y me alegra que hagan alguna concesión al género ¡ya era hora!. Saludos.

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  2. Coincido, Sir Robin. Un disco redondo como una loncha de carne. Y esos vídeoclips tan de la época, pero tan sobrecargados, grandilocuentes y pomposos, pero tan cinematográficos. No en vano el señor Meat Loaf ha hecho múltiples cameos en la pantalla TV y cine, pues es un gran aficionado al cine y al espectáculo visual (incluso aparece en la admiradísma «El club de la lucha»). Discazo.
    Saludos
    Marc

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