Año de publicación: 1988
Valoración: muy recomendable
Gracias, Youtube. Menudos palos me hubieran caído de las miríadas de fans de este blog de no ser por que, en la actualidad, prácticamente la única forma de oír las canciones de este disco sea accediendo a tu web. Salvo que se tenga el vinilo, publicado allá por 1988 por Les Disques du Crepuscule, sello belga chic entre los chic del que poca cosa más atisbo a recordar. Puede que los japoneses, tan pirados ellos, se decidieran por publicar un CD que ahora está en Amazon por si algún chalado se gasta un par de cientos en euros en él. Pero no me consta. Recuerdo la primera vez que la aguja se posó sobre esos surcos. Una mañana de domingo algo soleada, lo justo para abrir la ventana y dejar que la producción, medida, perfecta, envolviera la voz sedosa, frágil, de Isabelle Antena, cantante francesa que seguramente siga publicando discos y visitando salas alternativas de escaso renombre para fascinar a sus contados fans.
Si todos tus discos hubieran sido como esta pequeña y secreta maravilla, Isabelle. Claro que apostaste sobre seguro. Covers de canciones que parecen eternas, covers de los grandes figurones (todos hombres los elegidos, como el título afirma sutilmente) de la música francesa a los que prestaste tu delicadeza, tu imagen tan francesa, con ese flequillo que impostoras como las cantantes de Matt Bianco o Swing Out Sister pretendían emular, como ese flequillo tan Mayo del 68 que encontraría su continuidad en películas como Amelie. Suspiro. Cinco canciones: una más que el canon del EP como para poder llamarle mini-album. Romanticismo bien entendido: el de cama revuelta y olor a café americano, ese mejunje aguado que sirve para ir enfilando la mañana.
Y no sé si tus referencias eran Edith Piaf, Françoise Hardy o Mireille Mathieu. Sé que el disco te salió perfecto y esas versiones se han clavado en mi memoria como si fueran originales. Me explico. Que puede que oiga el original y eche de menos tus aportes y eso sea injusto. Pero es lo que tienen las primeras impresiones. Syracuse puede que sea más auténtica en su original, con Henri Salvador agarrado al mástil de la guitarra, pero entonces echaría de menos ese piano que rebota y traza arabescos por debajo de tu voz. Pénélope experimenta algo parecido. Despojada del nervio militante del original de Brassens, todo resulta enriquecido, igual algunos dicen adulterado, claro, pero para nada. Quizás esos 80 previos al lío de Kuwait eran dados a eso, a neutralizar la militancia y a rodear todo de un halo de sofisticación artificial. Michel Legrand también acude a la cita, Le Cinema acaba tomada en clave bossanova en su arranque y la cantante francesa hace alarde de poderío de cantante de club de jazz. Curioso: el disco se cierra con la versión de otro gran caballero de la música francesa. Pero esta es la versión más fiel al original. Quizás porque Serge Gainsbourg era un adelantado a su tiempo, quizás porque Antena fuera temerosa en despojar Ce Mortel Ennui de su swing original, del jugueteo del vibráfono. Un colofón magnífico para un disco que cumple al dedillo con la máxima aquella de la brevedad.
Buenas señor, en Spotify también está ese (Vol. 1 y 2 editado en 2010) otros muchos. No había oído hablar de ella le daremos una escucha y te cuento. El tema Syracusa ¿será el que cantaba Henri Salvador? Ya veremos...
ResponderEliminarBuenas de nuevo, tras la escucha debo darle la razón Sir Francesc. Acertada reseña, desgranando y clasificando cada tema. Y coincido con la excelente producción. Un descubrimiento muy interesante sin duda. Saludos y gracias por la reseña.
ResponderEliminarWow, la Antena, qué recuerdos ya casi borrados. Sólo apuntarte, Francesc, que Les Disques du Crepuscule publicaron otras cosas muy muy interesantes, como Anna Domino y sobre todo los grandísimos Tuxedomoon, y luego, de ellos el solista Blaine Reininger.
ResponderEliminarSaludos y enhorabuena por el blog y sus excelentes reseñas.
Una nota: ella siempre cita que su referente era Juliette Greco (y, al menos en su estilo, se nota)
ResponderEliminarOtra nota: el cd lo tengo yo y sí, me costó un dineral. Lo compré en una tienda en Valencia ;). Tenía 20 años y me pareció un robo pagar un cd (de los caros) por cinco temas de nada. Luego lo escuché y agradecí cada centimo invertido en él.
En cuanto al vol.2... Adoro la música de Isabelle Antena pero esta segunda entrega nunca me convenció. Es de las que menos escucho. Quién sabe, igual espera a que la redescubra un día de estos.
Por cierto, el vol 1. está grabado en directo en el estudio. Una sola toma y del tirón. Y se nota...