domingo, 8 de mayo de 2022

Arcade Fire: WE

Año de publicación: 2022

Valoración: bastante recomendable

Arcade Fire es una banda de rock. Con devaneos electrónicos, en función de quién les haya producido, pero una banda de rock. Las bandas de rock suelen llevar bastante mal las curvas descendentes de las carreras, sobre todo ese terrible primer disco que decepciona, el que marca el inicio de la agonía, y ese inicio de decadencia suele manifestarse en cismas dentro de las bandas, que podrían agudizarse cuando las bandas son numerosas, que es este el caso. Nada menos que un componente, hermano del líder, ha abandonado la banda.

Everything Now, anterior disco, pasa, aún por ser su peor trabajo, con mucha diferencia. Antes de eso, cuatro muy buenos LPs, pero ese quinto disco hizo saltar las alarmas. Un sonido a medio camino de todo, experimentos con estilos que no eran, para nada, su especialidad, composiciones que dejaban mucho que desear. Especulo con el medio en el cuerpo que se le metería a la banda cuando vieron como la unanimidad crítica que había abrazado su debut, el ya lejano Funeral, tomaba el camino contrario. Frialdad absoluta y críticas de las que escocían. 

Entonces con este WE parecen haber tomado nota y han recuperado el sonido que les encumbró. Muchos dejes de sus discos anteriores, como las canciones con títulos idénticos, cierto aluvión sonoro ligeramente heredero del rock americano, combinado con lo que parece un mensaje contemporáneo en las letras, junto a otros guiños (la portada, obviamente inspirada en Scott 3) y una opción por la intensidad de manera desacomplejada. Decisión que deja algo frío a primeras, con un obvio aroma a reculada, y una búsqueda algo forzada de antiguas sonoridades, para lo cual han requerido la ayuda de Nigel Godrich, célebre factotum del sonido de Radiohead. Curioso, y uno piensa si todo el disco va a sonar a Exit music (for a film) y, aunque no, la influencia es clara, no avasalladora, pero la combinación resulta: WE aglutina sonoridades de los cuatro discos buenos de la banda, y hay intensidad, algún conato excesivo (ese one, two, three, four, en The Lightning I, II por eso, sobra), curiosas combinaciones sonoras resueltas en arranques sintéticos como cambios de ritmo en las dos Age of Anxiety I, canciones más bien introspectivas, arranques algo dubitativos (la melodía de Imagine resuena en End of The Empire I-III e intentos poco disimulados de desprender mensaje acorde con los tiempos (en Unconditional I (Lookout Kid) parecen los Dexy Midnight Runners) de que el disco sea, sino un retorno a la forma, una clara salida del bache. Y aunque la lógica dice que tardaremos en ver la continuación de WE), el disco abre la vía a cierta esperanza: la banda todavía no ha enfilado la ruta U2 o la ruta Coldplay, parece tener, aún, algo que decir. Simplemente, han tirado de oficio para subsanar el error de Everything Now. Quizás, de forma demasiado obvia. Pero dejando lugar a la esperanza.

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