domingo, 20 de marzo de 2022

Goldfrapp: Supernature

Año de publicación: 2005

Valoración: muy recomendable

Lejos de buscar el confort, Goldfrapp deciden en 2005 evitar incluso el obvio desmarque como en su segundo disco. Lo cual acaba repercutiendo en que este Supernature, con su obvio homenaje (completado en Seventh Tree) a Cerrone se convierta en su disco más asequible, aunque sea a fuerza de compensar la mezcla y homogeneizar el sonido sin dejar que este dé bandazos (en el buen sentido), y en este su homenaje al glam-rock y a la música disco, más que como tributo como adaptación al estilo del grupo, el grupo completa un exuberante trío de primeros discos en los que nos ahorramos primeros pasos dubitativos, no solo por la experiencia previa de los dos componentes del dúo, sino por la enorme personalidad sonora que les permite afrontar diversidad de estilos. 

Un sonido elaborado y preciso: Supernature se abre con una parodia de los números del glam-rock más garrulo (Sweet, Slade) que resulta algo reminiscente de los números electro-clash de Black  Cherry acometido con todo desparpajo. Queda claro que la discográfica había tomado nota del éxito de Strict Machine (que a fecha de hoy aún les provee de buenos y regulares royalties) por lo que Ooh La La es una apertura que no marca el desarrollo del disco. Casi se diría que (junto al piano de Satin Doll) es lo más cercano a lo analógico que vamos a encontrarnos. Puede, entonces, que se trate del disco más "pop" del dúo, aunque suene algo convencional definirlo así, alejados del sonido algo perverso de su disco anterior, cuando tenemos deep house de texturas en Number 1, proto disco de aires teutones en Ride A White Horse o fusiones inexplicables en Fly Me Away, sin olvidar una ligera rememoración transalpina en time out from the world, capas de sintetizadores que se desbordan evocando parcialmente los aires fríos y misteriosos de su debut.

La cuestión, con el dúo (no me cansará de repetirlo: los medios los solían definir como "desorientados") era que su libertad creativa - recordemos que jamás han dejado de publicar en Mute - no necesitaba ventas masivas que la justificaran. Sus exploraciones los llevarían, más adelante a un incomprendido folk sintetizado en Seventh Tree. No es que Supernature parezca un álbum de transición. Es una pieza más en una carrera enormemente coherente.

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