Año de publicación: 2003
Valoración: muy recomendable
drukQs parecía ir a ser el último disco oficial de Aphex Twin, aunque con Richard D. James, reclusivo hasta la médula y tan dado a usar toda clase de alter egos para su producción musical, nunca se sabe. De todas maneras, no lo fue, y se queda con el relativo record de ser el disco que abre una etapa de algo más de una década de relativo silencio por parte de un músico que, cuando se publicó este disco doble, llevaba más de diez años en una inexplicable (por el escaso perfil comercial de su música) primera línea.
El disco, por eso, no suena ni a despedida ni a retrospectiva, y, con las lógicas lagunas de cualquier disco de esta duración y para esta música, resulta coherente en su disparidad, para nada un émulo de sus piezas más ambientales y desde luego todo lo alejado del mainstream que uno pueda concebir.
Considerando, hago inciso, que el título del disco haga alusión a lo que parece hacer. No en vano hemos de recordar que la producción del músico siempre ha estado rodeada de una enorme expectativa y una especie de genuflexión crítica a priori: cómo no adorar a un tipo que, desde los 12 o 13 años (aún no ha cumplido los 50) crea música ayudándose muchas veces de instrumentos manipulados o directamente creados por él. Así que drukQs cuenta con todos los ingredientes: empezando por su curiosa bipolaridad sonora, presente por doquier. Combinando piezas delicadas, a veces piano, a veces parece melodías precarias de caja de música, siempre con una sonoridad marciana, con una fascinante sensación inacabada, como si de esas composiciones de dos minutos cualquier músico más pendiente de la celebridad hubiera podido sacar más rendimiento, pero Aphex Twin la deja ahí, como una más en un saco de semillas. En el otro lado, el músico más gamberro, el de los videos de Chris Cunningham y los excesos al borde de la cacofonía y la inaudibilidad, poniendo a prueba su cacharrería en desconcertantes suites de puro drill'n'bass. Toda una apuesta a todo o nada hacia o contra el oyente. Si Aphex Twin hubiera querido congraciarse, era fácil organizar canciones (¿?) como ( lo de los títulos en este disco es de toma pan y moja) Jynweythek, Kesson Dalek, Kladfvgbung Mischko la (casi) célebre Avril 14th en dos discos diferentes, con sus extrañas estructuras deudoras de Satie o de Cage, con su curiosa accesibilidad, separándolas de pequeños experimentos ambient como Gwely Mernans y alejándolas de las dolorosas espirales sonoras de efectos cegadores, ácidos, duros, que pueden ser Cymru Beats,Cock/ver10 o Ziggomatic 17, aunque la verdad, en ese caso quizás nos encontráramos ante una elección demasiado sencilla y obvia para el oyente, e igual, intuyo, para Aphex Twin no se trata de sencillez o comodidad.
Lo cual está muy bien.
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