domingo, 14 de octubre de 2018

Bob Marley and The Wailers: Uprising

Año de publicación: 1980
Valoración: imprescindible

Puede que con otros álbumes haya dudas, y no se trata únicamente de la obvia cuestión del paso del tiempo. Pero todo: la portada, el tono místico de las letras, la inclusión de Redemption song como pieza de cierre nos lo indica. Bob Marley era plenamente consciente de que era muy posible que ese fuera el último álbum que se publicaba con él en vida.
La portad. Puro street-art de poderoso y directo mensaje, que parece sacado de una pared de cualquiera de los barrios de Kingston tenía postrados a sus pies. Un Sol naranja cuyos rayos ocupan la parte superior, emergiendo entre montes, y el artista dibujado de una forma cercana a los super-héroes, torso y pectorales de hierro y los dreadlocks esparciéndose sobre un suelo en el que se entremezclan con lo que parecen ser unas raíces, de las que surge, orgulloso, el título del disco: Uprising. Levantamiento. Una curiosa simetría casi espectacular. El artista alza sus brazos en el mismo ángulo de 45º contrapuesto a las laderas de la montaña, al ángulo en que el pelo se desparrama. Y el Sol sale justo detrás de su cabeza. Detrás de mi, la eternidad de la naturaleza.
La música. Marley había oscurecido todo para Survival, pero seguramente la cosa no estaba para recuperar el tono festivo y el mensaje relajado y vitalista de Kaya. Y para Uprising renunció por completo a la recuperación y puesta al día de canciones de sus primeras épocas. Todo en este disco son composiciones conscientes, maduras. Ya el inicio del disco es portentoso. un rasgueo tímido de guitarra que se prolonga hasta ceder ante la irrupción, pausada, cadente, de la brillante sección rítmica. Coming In From The Cold avisa de que estamos ante un disco, insisto, plenamente consciente y totaliza el espíritu del disco en una sola canción. "Surgimos del frío", "eres tú a quien hablo". Es la primera de una serie de cinco canciones inapelables, que no dispusieron del recorrido en vivo que popularizó muchos de los clásicos de Marley, pero que son de lo mejor de su carrera. Ahí la voz del genio está reposada, dulce, y entronca con esa maquinaria rítmica precisa que le arropaba. Las instrumentaciones son simplemente magistrales, modestas y respetuosas, tomando el protagonismo a base de crear los espacios que el género requería. El trote de bajo punteado por el órgano en We and dem, la importancia de las voces femeninas, ese toque espiritual que se completa aquí y allá. Espiritual en sentido positivo, nada de fatalismo, y solamente la cuenta atrás de Work puede sugerir que Marley se crea por algunos segundos tan importante como para arrastrar a la humanidad en su destino.
Puede que sea osado decir que, para finalizar su carrera, Marley reservara algunas de sus mejores canciones. La cara A, esplendorosa, y en la cara B, que se abre con otra composición icónica: Zion Train, nos encontramos los dos símbolos involuntarios del álbum. La eufórica Could you be loved, (cuyo ritmo sirvió de base para excelentes canciones en la posteridad) y, simbólicamente separada por Forever loving Jah, la archiconocida despedida de la carrera de Marley, Redemption song. Guitarra acústica, voz quebrada, reivindicación racial, Una canción de acampada para las generaciones venideras. Sin ritmo, sin flow, el ídolo desnudo ante su público. Marley dejando otro himno como cierre a su inabarcable obra y como apertura de su interminable influencia en la música del futuro.

1 comentario:

  1. Discazo.
    Cabe mencionar también las poderosas Pimpers Paradise, que es una especie de critica a lo superfluo, supongo que relacionado a la música vanal, en oposición con la que Bob se identificaba y Forever loving jah, que cierra y despide el disco justo antes de Redemption Song, donde nos dice que pese a todo, siempre amaremos a Jah...

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