Año de publicación: 1997
Valoración: imprescindible
Esto de que un blog literario dedique una semana al cine tiene sus cosas. Me ha dado por imaginar algo que difícilmente existió: una enemistad entre John Barry y Ennio Morricone. Basada en los típicos asuntillos de egos artísticos, indignados porque uno fuera tenido en cuenta para algún proyecto de relumbrón, los ví asistiendo a una gala de entrega de premios, situados estratégicamente por los organizadores en mesas alejadas, poniendo cara de póker cuando el otro se levantaba a recoger algún galardón.
Supongo que afortunadamente no fue así. Lo espero, vamos, porque siempre he concebido a los grandes compositores de música para películas como tipos amables, anónimos, meticulosos y geniales con un smoking guardado en el armario para cuando tenían que mezclarse con ese mundo de farándula en el que pretendían no encajar. Arrinconados por los puristas de la música alternativa y ninguneados por el elitista cosmos de la música clásica.
Pero el mundo anda con paso firme y hace décadas hacia el mestizaje. No es que haya hecho que ese colectivo (el que incluiría a Mancini, Badalamenti, Shore, Schiffrin, Herrmann, Zimmer y otros muchos) sea más conocido. Cuesta mucho ponerles cara. Pero sí que ha actuado hacia el lado correcto. Hemos visto cine y hemos asumido el sonido que le ha acompañado. Hemos dejado que escenas e imágenes queden indisociadas de la música que les prestó respaldo. No solo las cuerdas acompasadas con la mano de la madre de Norman o el silbido acompañando a Darryl Hannah por el pasillo del hospital. La música concebida para acompañar a imágenes puede volar por sí sola y ya ha habido compositores para películas que no han existido.
Es decir: de la gloriosa obra de John Barry he de decir que solo recuerdo haber visto unas cuantas películas de James Bond y dormido a gusto en la platea mientras proyectaban Memorias de África. Pero no me hace falta sincronizarme con nada para apreciar el escandaloso (e influyente) tema para The Ipcress file, que seguramente era una discreta película policial protagonizada por Michael Caine y con alguna implicación con la guerra fría. O saborear los aires de melancolía pop del tema para Midnight Cowboy. O recordar los esplendorosos dos minutos que abrían cada capítulo de Los persuasores. Barry compuso clásicos instantáneos ajenos al éxito o al taquillaje de las películas que los acompañaban. Ganó 5 Oscar, y en alguno de ellos se le derramó el tazón de azúcar. Compuso el tema de James Bond e hizo que todo el mundo pensara que nadie podía cantar mejor que Shirley Bassey. Grabó una obra maestra para anunciar un champú. John Barry falleció en 2011 y su obra influía ya entonces y sigue haciéndolo. Recopilatorios como este, incluso algunos más exhaustivos y ambiciosos, deberían lucir en estanterías al lado de grandes obras maestras de pop y rock. Aunque su autor no haya salido en ningún video clip.
Excelente y accesible disco para conocer la música de John Barry.
ResponderEliminarGracias por recuperarlo, siempre lo tuve en gran consideración.
Algunos artistas le deben mucho, como Barry Adamson.
P.S. Desde hace semanas el sistema no permitía hacer comentarios. Veo que se ha solucionado el problema. Saludos