Valoración: Recomendable
"La Habitación Roja" siempre ha sido un grupo de canciones. Desde los ya lejanos tiempos de "Ahora", "Lo mejor que me ha pasado" o "Cuando te hablen de mi", todos sus discos han incluido un buen puñado de himnos casi generacionales pero, en mi modesta opinión, los valencianos no han sido capaces de hacer un disco "redondo", siendo el "Nuevos tiempos" grabado con Steve Albini lo más parecido a eso. De hecho, creo que es un grupo que hubiera funcionado mejor en formato EP / single que en formato LP.
El caso es que este "Memoria" tampoco será EL disco de "La Habitación Roja", pero es un buen disco, bastante mejor que los últimos publicados por los valencianos, lo cual tampoco es mucho decir.
El comienzo del disco es más que prometedor. Las cuatro primeras canciones del álbum son cuatro potenciales singles y constituirían un muy buen EP. Los cuatros temas nos remiten a una versión mejorada de los últimos discos de los valencianos: multitud de guitarras, cuerdas, teclados, toques bailables, etc y las ya clásicas melodías y estribillos pegadizos. De las cuatro me quedo con "Líneas en el cielo", una canción llena de intensidad, de esas que engancha, y que es, para mí, la canción del álbum, la que en unos años figuraría en un hipotético "Greatest Hits", aunque poco a poco la "neworderiana" "Madrid" y la muy influencia por The Cure (ay, ese comienzo) "La última noche del año" van ganando terreno.
A partir de aquí, el disco flojea. Comienzan a alternarse temas prescindibles como "Berlín", "Desde aquí" o "¿Quién eres tu?", anodinos y largos en exceso, con temas aceptables como "Estrella de la muerte", con el piano recorriendo el tema, el "hipersintentizado" "Algo de verdad" o el saltarín y bailable "Nada cambia" y algún que otro candidato a single, como los guitarreros "No fueron tiempos para enmarcar" o "En días como hoy", dos temas que podrían ser verdaderos pelotazos en las manos del Steve Albini de "Nuevos tiempos".
Resumiendo, los chicos de "La Habitación Roja" continúan instalados en un plácida madurez y mantienen casi intacta su capacidad de crear buenas canciones. Vale que no han inventado la pólvora, pero lo cierto es que nunca lo han pretendido y nadie se lo puede exigir después de más de veinte años de carrera. Eso sí, nos entregan su mejor disco en años, un disco cargado de buenas melodías, guitarras, teclados y arreglos de cuerda, y eso es más que suficiente.