Valoración: imprescindible
Para ser sincero, he cedido algo a la elección obvia aquí. Porque podría haber elegido His'n'hers, juguetón, chispeante, rotundo, o This is hardcore, maduro, reflexivo, otoñal, y hubiera cambiado solamente el año de publicación, sin alterar valoración. Así que este disco se sitúa en el centro de un trío impecable de obras maestras y despunta solo un poquitín por ser el disco del grupo por antonomasia, incluir una de sus canciones más célebres (Common people, versioneada hasta la saciedad, con excelentes resultados como los Manel) y situarse en el tiempo como una mosca cojonera, incordiando y terciando en esa guerra que convirtió a Blur y Oasis en las dos referencias del britpop.
Wow, el britpop. Uno (otro) canto de cisne de la dominación musical británica que se arrastraba desde los tiempos de los Beatles, seguramente el último movimiento identificable con resultados artísticos y comerciales de un cierto nivel, otra etiqueta con la cual resituarse en el centro del universo musical, pero, pasadas dos décadas, un cinturón demasiado compresivo para abarcar elementos demasiado dispares. Porque podríamos llamar britpop a muchos músicos que simplemente pasaban por ahí o grabaron algún disco por aquel entonces o se apuntaron al carro con tal de acaparar portadas de semanarios y primeras líneas de estanterías, en una época en que los CDs se vendían como rosquillas. Inspiral Carpets, Happy Mondays, The Farm (puagh), Stone Roses, Paris Angels, World of Twist, Radiohead, Manic Street Preachers, Primal Scream, Ride, Suede, y me dejo unos cuantos, todos ellos se relacionaron con la etiqueta de una forma u otra, algunos superaron esa limitación, otros (Oasis: dos discos magníficos seguidos de un montón de discos atroces) parecen vivir de las rentas y de los royalties que generaron sus himnos para adolescentes en uniforme.
Pero qué hago: a Pulp esa etiqueta les iba muy pequeña. Primero porque venían de las penurias de discos ignorados y después porque no eligieron el momento de su eclosión, las cosas vinieron así. Y después porque, incluso desde la perspectiva de sus inteligentes letras (insisten en el libreto: no leas las letras mientras oyes la música) era claro que su huida de los estereotipos los situaba en un nivel diferente. Y Different class, hasta los topes de clásicos, no lo desmiente ni en un segundo de su intensa escucha. Un disco variado pero sorprendentemente unitario, con una banda poderosa, después de rodarse en su brillante predecesor, que arranca potentísimo con Mis-shapes, poderosos golpes de ritmo y cambios de tempo, estribillo en dos fases con imparable acelerón como si el grupo pudiera permitirse atropellar en cuatro minutos con más ideas que las que algunos de sus "compañeros" de movimiento (más ocupados algunos en copiar a los Beatles o a los Stones o a los Who) metían en un disco completo. Empezar con esa canción inapelable ya nos previene sobre lo que se acerca: Pencil skirt suena elegante y muy british, preámbulo de Common people y a las que seguirán un reguero de canciones que dieron forma a una generación: Live Bed Show es la extraordinaria crónica de una ruptura desde la perspectiva de una vieja cama de cuyos crujidos nocturnos los vecinos han dejado de quejarse ('cos it never makes a sound), Disco 2000 parece juguetear en su riff con el estribillo de Gloria. Y la gloria se alcanza muchas veces: Different Class fue un disco repleto de singles: Sorted out for E's and wizz se convirtió en una especie de himno de esa generación rave con la que Pulp parecía cohabitar la mar de bien, los aires bucólicos de Something changed...cualquier canción puede mencionarse por uno u otro detalle.
Supongo que en algún momento Jarvis Cocker, carismático líder de la banda y nominado no sé cuántas veces como persona más cool de Inglaterra, se preguntaría qué fallaba en sus primeros discos y qué botón tocaron para elevarse a estos niveles estratosféricos. Different Class es impresionante en su sonido absolutamente atemporal, en sus guiños sonoros (las cuerdas de I Spy, la pulsación krautrock de Common People, el fraseo exacto de Cocker, influido en su justo punto por Bowie o Scott Walker, la modernidad emanente de la omnipresencia de los teclados sin renunciar a su condición de banda de estructura clásica -esas guitarras con feedback-, sus guiños obvios a la cultura dance y a la escena electrónica), pero pocos discos acumulan tantos méritos artísticos y consiguen a la vez, sin parecer pretenderlo, convertirse en emblemas de su época.
Supongo que en algún momento Jarvis Cocker, carismático líder de la banda y nominado no sé cuántas veces como persona más cool de Inglaterra, se preguntaría qué fallaba en sus primeros discos y qué botón tocaron para elevarse a estos niveles estratosféricos. Different Class es impresionante en su sonido absolutamente atemporal, en sus guiños sonoros (las cuerdas de I Spy, la pulsación krautrock de Common People, el fraseo exacto de Cocker, influido en su justo punto por Bowie o Scott Walker, la modernidad emanente de la omnipresencia de los teclados sin renunciar a su condición de banda de estructura clásica -esas guitarras con feedback-, sus guiños obvios a la cultura dance y a la escena electrónica), pero pocos discos acumulan tantos méritos artísticos y consiguen a la vez, sin parecer pretenderlo, convertirse en emblemas de su época.
"His'n'hers" y "This is hardcore" son muy buenos. Pero "Different class" es brutal. Para mi gusto, mucho más que un poquitín mejor como comentas. Es una canción perfecta detrás de otra; pegadizas, divertidas unas y melancólicas otras, pero todas épicas, intensas y muchas de ellas gloriosas. Ni Suede, ni Blur, ni Oasis, ni ningún otro grupo Brit Pop se acercó siquiera a lo que parió Pulp en este disco de pop impecable.
ResponderEliminarPues yo les veo a los tres discos un nivel parecido dentro de sus diferencias. También he de decir que tengo absoluta debilidad por canciones de esos discos como "Joyriders", "Lipgloss", "Dishes" o "Help the aged" que me hacen volver a ellos a menudo.
EliminarMe lo acabo de poner esta tarde de fondo en el curro y da igual que hayan pasado más años que la pera. Como bien dices, este disco está plagado de singles de principio a fin (sobre todo ese fin, ese Bar Italia...), es absolutamente atemporal, es EL disco de la década.
ResponderEliminarAbrazo, Francesc!
Gracias, amigo. En realidad me dejé agradecer a Pulp el que me "rescatara" de cierta fiebre que yo tenía por esos años, en que estaba centrado en un sonido techno cada vez más oscuro y cerrado en sí mismo, comprando solo discos de sellos como WARP o R&S.
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