domingo, 5 de febrero de 2017

Bob Marley & The Wailers: Survival

Año de publicación: 1979
Valoración: imprescindible

En 1979, posiblemente ya consciente de que algo no funcionaba bien en su organismo, Bob Marley era una indiscutible estrella global. Había puesto su pequeño y pobre país en el mapa. Había publicado un disco anterior, Kaya, que había conseguido un éxito estratosférico, que lo había encumbrado aún más que Exodus, y era el hombre de moda, aquel a quienes muchos querían acercarse y tocar. Un soplo de aire fresco que renovaba el sonido de la música, respetado incluso por la efervescente generación punk y new-wave.
Desde la portada de Kaya Marley nos sonreía en una imagen en grano sobre un fondo blanco. Y el sonido del disco era igual de luminoso: dub a raudales, protagonismo de la percusión, de los bajos, del espacio, de los mensajes positivos repletos de alusiones a las relaciones personales, de canciones como Is this love. Parecía diseñado para un entorno paradisíaco, para playas de arena blanca y noches de amor cerca del mar. Aquel sonido accesible, radiable, comercial, había seducido al público, pero había despertado ciertas reticencias entre algunos de sus seguidores de siempre. Marley parecía estar entregándose en exceso al mundo del star-system del rock.
Survival representó una cierta ruptura, un retorno al sonido más áspero de sus primeros discos, y sobre todo una reorientación del mensaje de sus letras. Desde la estética de la portada (sí: tiempos en que las portadas de los discos decían cosas) se aprecia. Fondo negro, las banderas de los estados africanos del momento, y el título sobre una siniestra trama: la disposición idónea en que se transportaban los esclavos en los barcos negreros para que éstos registraran mayor "productividad". Y el inicio del disco, trepidante, So much trouble in the world, bajo juguetón, cambios de melodía y ritmo, escasa reverberación, una canción que carece del gancho hedonista que llenaba los surcos de las canciones de Kaya, pero otro hito de su carrera, un impacto directo a la cara del oyente. Demasiados problemas en el mundo.

Survival es un álbum político, una andanada de mensaje social envuelta en algunas de sus mejores canciones, que se suceden una tras otra y que parecen de un hombre sabio, aún más maduro y consciente, en una especie de evolución que es involución, quizás porque Marley empieza a temer por su vida y no quiere ser tildado de músico escapista, de confeccionador de ritmos globales para que los blancos bailen. Quiere trasladar su mensaje sobre el mundo que le rodea, y no desperdicia un segundo en ello. Los futuros clásicos se suceden y es un disco con pocos singles distinguibles, con una intencionada elusión comercial. No hay relleno sonoro y no hay relleno lírico. "El sistema de Babilonia es el vampiro" (Babylon system). "Cada hombre tiene el derecho de decidir su destino", "Decidles a los niños la verdad" (Zimbabwe). 

Mensajes inequívocos de reivindicación rodeados de sonidos que casi cuarenta años más tarde aún suenan frescos y poderosos, porque Bob Marley posiblemente sabía que corría contra el tiempo y no quería dejar cosas por decir. Alusiones a incidentes personales (el grotesco atentado que sufrió e inspiró la magnifica novela de Marlon James es la inspiración de Ambush in the night), devaneos con un aura de espiritualidad pan-africana de poderosa inspiración (Africa Unite, abriendo de forma simbólica la segunda cara), pero, por encima de todas esas coartadas sociales e ideológicas, entregando un sonido rico, cargado de matices, de una suntuosidad que la producción respeta. Todo está en su sitio: piano, vientos, base rítmica, los coros que en Kaya habían quedado relegados. Desmenuzar cada canción escuchándola con atención, comprobar la ubicación de cada sonido en el entramado sonoro es un ejercicio que recomiendo a cualquier aficionado a la música. Un disco perfecto de un artista en plena consciencia.

2 comentarios:

  1. Creo Francesc que en Marley toda su obra es imprescindible por la calidad musical pero también por su mensaje político.
    Saludos!

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    1. Pues es una verdad como un templo, Gabriel. Aunque había de empezar por un disco en concreto aquí y este es un favorito personal. Entre una obra extraordinaria, por supuesto. Gracias por comentar.

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