Valoración: imprescindible
Menudo reto para una primera entrada: definir el estilo de un disco como Blond cuando, para empezar, aborrezco las etiquetas y, para continuar, éste es un disco que puede representar un paradigma de los que no encajan en un estilo concreto.
Porque en función de Odd Future, el colectivo al que Frank Ocean pertenecía, la etiqueta podría ser hip-hop. Pero si nos referimos a su extraordinario primer disco, Channel Orange, quizás hablaríamos de rhythm'n'blues. De algunas de sus partes, por eso. Porque otras ya eran soul. O música experimental.
A ver: volvamos a empezar. Cuando en la última semana de agosto, tras retrasos, rumores, falsos arranques, y todas esas cuestiones que preceden a los discos que generan expectativas, Blond se publicó, me expresé con contundencia. Iba a ser uno de los mejores discos del año. Lo dije apenas haberlo oído tres o cuatro veces. Y lo pensaba amparándome en mi opinión sobre los temas más inmediatos, que me resultaban fascinantes. Pasadas unas semanas, prácticamente todo el disco me parecía (me parece) una enormemente inspirada patada en las gónadas, no solo de las expectativas comerciales, sino incluso de una parte sustancial del público que había sido atraído por algunas de las sonoridades de Channel Orange. Porque Frank Ocean decidió hacer el disco que le daba la gana, y ese acto de aparente chulería (porque este es un disco íntimo y casi austero) le ha salido, artísticamente, inmejorable. Blond es un disco que hace avanzar la música hacia terrenos inhóspitos, que ensaya con éxito ahí donde nadie se aventuraba. O no es valiente abrir con Nikes, canción que uno revisa si está reproduciendo con el pitch correcto. Un ritmo gélido, una voz tratada, una sensación irreal. Lo que al principio parece una broma se convierte en una entrada perfecta. Ivy no hace más que confirmar que Ocean está convencido de que su fragilidad va a alcanzar al oyente. Bajo, rasgueo de guitarra y una voz que conduce la canción, que arrastra la melodía hasta cuando parece ir a quebrarse. Uno de los emblemas del disco, y la primera de las canciones que prescinde de elementos percusivos. ¿Pero Frank Ocean no era un artista de hip-hop? ¿Dónde está el bombo, el redoble, la caja de ritmos? Y Pink + white, que la sigue, guiada por unas notas de piano, voz doblada, aire ensoñador, total ausencia de agresividad en la voz. ¿Qué nos traes, Frank?
Porque en función de Odd Future, el colectivo al que Frank Ocean pertenecía, la etiqueta podría ser hip-hop. Pero si nos referimos a su extraordinario primer disco, Channel Orange, quizás hablaríamos de rhythm'n'blues. De algunas de sus partes, por eso. Porque otras ya eran soul. O música experimental.
A ver: volvamos a empezar. Cuando en la última semana de agosto, tras retrasos, rumores, falsos arranques, y todas esas cuestiones que preceden a los discos que generan expectativas, Blond se publicó, me expresé con contundencia. Iba a ser uno de los mejores discos del año. Lo dije apenas haberlo oído tres o cuatro veces. Y lo pensaba amparándome en mi opinión sobre los temas más inmediatos, que me resultaban fascinantes. Pasadas unas semanas, prácticamente todo el disco me parecía (me parece) una enormemente inspirada patada en las gónadas, no solo de las expectativas comerciales, sino incluso de una parte sustancial del público que había sido atraído por algunas de las sonoridades de Channel Orange. Porque Frank Ocean decidió hacer el disco que le daba la gana, y ese acto de aparente chulería (porque este es un disco íntimo y casi austero) le ha salido, artísticamente, inmejorable. Blond es un disco que hace avanzar la música hacia terrenos inhóspitos, que ensaya con éxito ahí donde nadie se aventuraba. O no es valiente abrir con Nikes, canción que uno revisa si está reproduciendo con el pitch correcto. Un ritmo gélido, una voz tratada, una sensación irreal. Lo que al principio parece una broma se convierte en una entrada perfecta. Ivy no hace más que confirmar que Ocean está convencido de que su fragilidad va a alcanzar al oyente. Bajo, rasgueo de guitarra y una voz que conduce la canción, que arrastra la melodía hasta cuando parece ir a quebrarse. Uno de los emblemas del disco, y la primera de las canciones que prescinde de elementos percusivos. ¿Pero Frank Ocean no era un artista de hip-hop? ¿Dónde está el bombo, el redoble, la caja de ritmos? Y Pink + white, que la sigue, guiada por unas notas de piano, voz doblada, aire ensoñador, total ausencia de agresividad en la voz. ¿Qué nos traes, Frank?
Pitchfork, reputada web global sobre música, ha situado este disco como el segundo mejor de 2016. Las votaciones de sus lectores lo han aupado hasta la primera posición. No es que la cosa sea cuestión de otorgar la razón a la mayoría. Pero habrá que hacer una excepción. Blond es, como disco, incluso más sincero y personal que el ya extraordinario debut de Ocean. Cuando lo cómodo y lo seguro hubiera sido alterar pequeños detalles y entregar lo que muchos esperaban, Frank Ocean ha optado por seguir confiando en su intuición. No ha estado solo. Ha recibido ayuda de lo más selecto del panorama musical actual, sin importarle lo más mínimo hacer confluir elementos dispares. Los discretos coros que decoran el fragmento final de Pink + white son de Beyoncé. Kendrick Lamar aparece fugazmente en Skyline to (dos minutos extraños de devaneo narcótico). La guitarra que conduce Ivy es de Rostam Batmanglij, de Vampire Weekend y la producción, de Jamie XX. Pero las colaboraciones no degluten y eclipsan a Ocean. Ni James Blake ni Jonny Greenwood ni Bon Iver. Porque la inspiración del material compuesto por Ocean queda por encima de esos detalles y los convierte en anecdóticos. Hasta temas cortos como Solo (reprise) o Pretty Sweet (¿quién puede conducir dos minutos desde el caos sonoro hasta un coro de niños?) contienen detalles de personalidad. Solamente Nights, con sus interludios y sus cambios de ritmo, encontraría acomodo lógico en Channel Orange. Y nos dejamos canciones importantes: Self control, con su tono de protest-song, el ambient-pop de Seigfreid, la estaticidad de White Ferrari...
Blond cuenta con esa cualidad de los grandes discos. Quien lo oye con frecuencia va cambiando de canción favorita a medida que descubre matices en cada audición.
Eso sí. La gente de AppleMusic está siendo muy eficaz en su enconada lucha para que este disco no sea fácilmente accesible por la red. Solo Nikes disponible para su visionado y, cada vez que alguien cuelga un archivo en audio en YouTube, en Vimeo, rápidamente eliminado. Con lo necesario que es difundir una música de tal categoría.
Blond cuenta con esa cualidad de los grandes discos. Quien lo oye con frecuencia va cambiando de canción favorita a medida que descubre matices en cada audición.
Eso sí. La gente de AppleMusic está siendo muy eficaz en su enconada lucha para que este disco no sea fácilmente accesible por la red. Solo Nikes disponible para su visionado y, cada vez que alguien cuelga un archivo en audio en YouTube, en Vimeo, rápidamente eliminado. Con lo necesario que es difundir una música de tal categoría.
Me da corte ser el primero en comentar, pero alguien tiene que hacerlo: Congratulations, Francesc! ¡Buen trabajo!
ResponderEliminarMe da corte ser el primero en comentar, pero alguien tiene que hacerlo: Congratulations, Francesc! ¡Buen trabajo!
ResponderEliminarGracias, Juan. A lo único que aspiro es a convencer a la gente que le dé una oportunidad a esos discos.
ResponderEliminarRealmente Ocean es bueno! Gracias Francesc por difundirlo
ResponderEliminarPues gracias, Gabriel, y bienvenido a este segundo espacio donde encontrarnos, al que no se le puede pedir más ritmo que el que hay. Pues si te ha parecido bueno, te recomiendo que busques su primer disco, que aunque de una forma diferente a éste, es igualmente excelente.
EliminarSir Robin dice: de este señor solo he escuchado el Channel Orange, muy bueno por cierto, y algo de su último experimento aunque no lo suficiente para entrar a valorarlo.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog,¡y suerte!
De momento opto por no reseñar dos discos de un mismo artista, a base de reseña semanal me parece importante ir presentando discos importantes, pero más adelante se dará cobertura más exhaustiva, y un disco como Channel Orange va a caer, por supuesto. Pero los dos son extraordinarios, simplemente Blonde estaba más reciente cuando inicié el blog, y me pareció la mejor manera de hacerlo. Además coincidía con mi predicción, cuando, por esa época, empezaba a aparecer en lugares muy destacables en las listas de lo mejor de 2016. Por cierto, ha sacado un par de temas más: Chanel y Biking (esta última, muy en consonancia con el material de Blonde). Escucha el disco, Sir Robin, no te decepcionará.
EliminarMuy buen análisis, me parece un disco fantástico y tremendamente agradecido.
ResponderEliminarSaludos!