Año de publicación: varios, entre los 60 y los 70
Valoración: imprescindible
No hace falta ser el yonkie del vinilo que aparece en la portada de Endtroducing... de DJ Shadow. Hace años, y a raíz de la terrible devastación que las descargas ocasionaron entre las tiendas de discos, uno solamente había de estar atento para hacerse con maravillas por cantidades absolutamente ridículas. Incluso aunque éstas ya fueran ediciones de fondo de catálogo con cierta angustiosa elusión de los principios mercantiles más básicos a la hora de ofrecer un producto. Y si respetable es la intención de un artista a la hora de concebir un disco en su integridad, no veo el sentido de criticar otras labores (la de los sellos subsidiarios especializados en empaquetar recopilatorios incluyendo rarezas o combinaciones inverosímiles, como Rhino o Carrousel). Hastiado de discos "Best of" ofreciendo más de lo mismo con algún tema adicional presentado como el gran gancho, no es de extrañar que el gran público se cansara de discográficas que actuaban con políticas de estragos paralelas a los programadores de las tragaperras.
Así que mis respetos hacia iniciativas como este disco, una es-pec-ta-cu-lar colección de todas las interpretaciones que Dionne Warwick hizo de canciones (algunas de ellas compuestas ex-profeso) de Burt Bacharach y Hal David, dueto compositivo a la altura de cualquiera, aunque perjudicados por esa eclosión en un lugar y una etapa indefinidos (demasiado clásicos para encajar en el universo del rock, demasiado populares para encajar en cánones más solemnes), pero, y no hay que dejar de reivindicarlo, productores en cadena de melodías de esas que parecen haber estado siempre allí.
Vendrían a ser coetáneos a grandes hitos de la cultura contemporánea. El Hollywood de Billy Wilder que ya ha dejado atrás la Guerra Mundial y anda metido en la Guerra Fría. La Europa del Swinging London y un existencialismo que parece ser su contrapeso. Una serie de referentes demasiado heterogéneos entre los que esas delicadas a la vez que efectivas y pegadizas melodías se abrían paso con discreción. Como temerosas de situarse en un primer plano que, vistas en su conjunto, resultaría mucho más que merecido.
Por suerte, y gracias a las espléndidas interpretaciones de Warwick, cantante de color pero poco escorada a los excesos vocales del soul, comedida, de dicción elegante y precisa, todos esos clásicos reciben periódicamente sus revisitaciones y son tratados con toda la grandeza que merecen, con toda la reciprocidad que sus infecciosos detalles han dejado impregnada en quienes los han escuchado, incluso de forma involuntaria. No exagero. Que levante la mano todo aquel al que, disponiendo de un bagaje musical mínimo, no le son familiares (por los cauces que sea: publicidad, versiones, karaokes, inclusión en películas) algunas de las siguientes melodías: Say a little prayer, Do you know the way to San José (versioneada por Frankie Goes To Hollywood), Never fall in love again (por Elvis Costello)... y este disco contiene más de veinte de esas perlas, incluyendo melodías algo menos conocidas como Look of Love, Anyone who had a heart o la extraordinaria Walk on by, cuyo ritmo de piano percusivo sería homenajeado por ELO en It's over.
Canciones de aires románticos y universales, con arreglos de cuerda (el propio equipo compositivo se encarga de la producción), con la introducción de las trompetas marca de la casa, con estructuras más cercanas al pop que a la sempiterna canción melódica, todas ellas clásicos sin pretensiones de serlo, alcanzando como sin querer un aire de sofisticación y globalidad que no me cansaré de reivindicar.
gracias
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