domingo, 4 de abril de 2021

Ladytron: 604

Año de publicación: 2001

Valoración: muy recomendable

Preciosa portada y nombre del grupo tomado de una vieja canción de la primera época de Roxy Music. Si el 604 fuera por algún vetusto modelo de sinte analógico (lo he mirado muy precipitadamente, pero creo que no), el disco de debut de esta banda sería como un torrente de referencias irresistible, incluso antes de reproducir un segundo de su contenido. Valientes tuvieron que ser sus componentes para adelantarse a su tiempo, no era tan frecuente en 2002 contar con bandas mixtas, que algunos de sus componentes tuvieran orígenes curiosos (Bulgaria) y que optaran, adelantándose algún tiempo al fugaz revival del electro-clash, por un sonido añejo, furibundamente analógico y con una producción que coquetea con el low-fi, un obvio homenaje a algunos de los primeros referentes que acuden nada más oírlos: Human League de primera época, pop marciano, easy listening, vocalistas femeninas de los primeros sesenta, alguien dijo Kraftwerk pasado por el filtro de Broadcast, o viceversa. 

También es, una pena, el clásico disco de debut que agota a un grupo, que los coloca en el brete de la ruptura o la continuidad, cuestión que no pocos grupos han solventado de forma radical. Pero influyentes: oigo esas canciones saturadas e imperfectas y visualizo a algunos grupos posteriores, a la indietrónica del sello Morr, a la electrónica de dormitorio, a cierta estética en B/N, a unos últimos coletazos del sonido electrónico premeditadamente sin rostro ni figuras visibles. Veo referencias hasta en los The XX que publicarían pasados varios años discos sin aparente enlace sonoro pero con conceptos artísticos similares (intros instrumentales, austeridad sonora).

El armazón sonoro es característico: secuenciadores de ritmo de vieja gama que parecen haber sido obtenidos en tiendas de segunda mano, cajas de ritmo toscas, fondos planeadores, voces de aire desganado, puntual empleo de idiomas de más allá del telón de acero (que les da un cierto tono arty, y añadiré a Blondie, Propaganda o los primeros discos de Depeche Mode como referencias adicionales) mezcla de sonidos que un desparpajo post adolescente cohesiona: se suceden las melodías inmediatas con regusto a hit menor, y aunque el sonido es algo tosco y parece que el grupo pueda tener alguna limitación de repertorio, hay que reconocer que presentarse con la contundencia de canciones como This Is Our Sound, la luminosidad de Playgirl (que parece avanzarse al dream house de los Chromatics) o el espíritu chulesco de He Took Her to a Movie, aquí europeízada por Bertrand Burgalat, o el espíritu new wave de The way that I found you, comprender que eso hacían hace 20 años para presentarse en sociedad no deja otra que atribuirles un enorme mérito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario