domingo, 13 de mayo de 2018

Nicolas Jaar: Space is only noise

Año de publicación: 2011
Valoración: muy recomendable

22 añitos y Jaar es declarado en 2012 casi el futuro de la electrónica y de la música contemplativa y de los sonidos experimentales y joder con esa perspectiva cualquiera como oyente se resiste y cualquiera como músico no se ciega y empieza a creerse lo que no es. Pero el tipo sigue por su camino: eso sí, rentabiliza esa aclamación en los circuitos para empezar a repartir sesiones como clases magistrales y eso en un músico desinhibido y aguerrido como es el chileno-estadounidense significa mucho. El eclecticismo campa por bandera en sus sesiones y le es aplaudido. Aunque su obra como artista no se permita esas licencias, ni que sea en favor de la unidad. Space is only noise es un álbum en el estricto y viejo sentido del concepto. Si hasta empieza y acaba con canciones que tienen el mismo título, tituladas ambas en un francés que aporta cierto aire chic al disco. 
Como si le faltara.
Space is only noise es un trip sonoro de amplio espectro que, a pesar de sus naturales homenajes (Kraftwerk, Maurizio, Air, Satie,  hasta cierto aire a Moby se cuela pero un momentito solamente) se acaba imponiendo en un toque personal, ligeramente narcótico, con una especie de sentido del humor ligeramente stoned, pero a ser tomado en serio. La cuestión es que el álbum es eso, una unidad a base de enlazar música en la que se ha renunciado a algunos de los planteamientos del género, como por ejemplo el rellenar por rellenar. Muchas canciones no llegan a los tres minutos y no pasa nada. Space Is Only Noise If You Can See sí se permite exceder su duración con sus ecos, su aire teutón y ese bajo plástico. Pero Too Many Kids Finding Rain In The Dust, por ejemplo, no tiene porqué alargarse con sus aromas David Lynch meets King Tubby, y no lo hace. Más cerca de experimentos de música concreta, Colomb ya recupera otro de los referentes principales del disco. La voz se distorsiona por encima del jazz de Rhodes, los ritmos partidos, los ecos subsónicos, un bajo sinuoso que irrumpe sin problemas en la canción.Variations sería una patada en la cara de cualquiera que se sienta tentado de considerar a Jaar un artista con veleidades comerciales. Aquí solo hay mérito y, como mucho, puede recriminarse que los ritmos sean siempre tendentes al reposo y que el disco corra el peligro de incurrir en la pestilencia chill, de ser relacionado con un tipo de sonido del cual obviamente el trabajo conjunto del músico se ha desmarcado.
Jaar sigue en efervescencia creativa. No es, obviamente, el Aphex Twin de los primeros 90, pero sus pasos son firmes y seguros, y sus direcciones parecen ser distintas pero converger en un exquisito gusto y una obvia tendencia a la libertad absoluta y al respeto hacia el oyente. Cosa de agradecer, hoy en día.

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