domingo, 3 de diciembre de 2017

Love of Lesbian: Maniobras de Escapismo

Año de publicación: 2005
Valoración: muy recomendable


Love of Lesbian es uno de esos casos en los que un grupo sabe rectificar a tiempo. Empezando en el 1997 con unos inicios algo dubitativos, sacando tres discos en inglés bastante irregulares, podríamos decir que el grupo nació (o renació) de verdad en 2005 con este álbum.

Hasta la publicación de este álbum, habían estado probando su sonido, su capacidad compositora, sus melodías en tres discos iniciales de calidad discutible; no consiguieron destacar excesivamente pero que al menos sí les sirvió para probar estilos, conjuntar el grupo. Pero faltaba algo, no acababan de encontrar el toque. En un estilo inicial que, en sus dos primeros discos, intentaba emular a The Cure (grupo del cual fueron teloneros en su gira Dream Tour 2000), con guitarras distorsionadas, áltamente melódico, oscuro... buscaron en su tercer disco una música más acústica, con canciones de ritmo más pausado, pero no, aun así, algo no encajaba, puede que fuera porque no encontraban el tono, que Santi Balmes no luciera su calidad cantando en inglés... se acercaban a lo que serían, pero aún no era eso, aún no. 

Y algo cambió, como si despertaran de golpe, saltó la idea. Fue, según palabras del propio Santi Balmes, en medio de un concierto en Barcelona, en el Primavera Sound; se encontraba el grupo en uno de sus directos, cuando mirando a los espectadores empezó a reconocer gente entre el público, gente a quienes conocían, de localidades próximas a Barcelona y pensó: «¿qué estoy haciendo cantando en inglés, delante de quienes me puedo encontrar en la calle y hablarles en catalán o castellano?». En ese momento fue cuando se dieron cuenta que necesitaban la conexión con la gente, a partir de lo que eran sus raíces; el grupo cambió, dejaron de lado las canciones en inglés, y empezaron a trazar un camino propio, más local, más próximo. Y acertaron. Plenamente. Porque con el cambio, las letras de sus canciones, uno de sus grandes valores, realzaban su música; letras muy trabajadas, con las palabras adecuadas que les permitieran la ansiada conexión con el público y llegar a ellos, llegar a alcanzar esa intimidad buscada, el vínculo emocional. 

Con este cambio de rumbo, el grupo lanza «Maniobras de escapismo». Y es todo un éxito. Con el paso al castellano, el grupo pasa a disponer de una herramienta más para conectar con el público, y le permite desplegar todo su potencial lírico. Las letras de Santi Balmes, quien ha hecho alguna incursión en la literatura publicando cuatro libros hasta la fecha, visten y dan sentido a la música que las envuelve. Al pasar al castellano empieza el juego con las letras de las canciones, dando ya muestras en algunos títulos de este disco, «Domingo astromántico», «Mi personulidad», «Marlene, la vecina del Ártico» o «Houston, tenemos un poema».

Así, con el grupo ya liberado de las cadenas que lo sujetaban a un idioma que no era el propio, nos encontramos con la publicación de este disco donde aparecen auténticas joyas. Superadas dos canciones iniciales de nivel medio, nos encontramos con «Domingo astromántico», tercera canción del disco (gran canción), donde habla de la ruptura, de esos recuerdos que han perecido, que van quedando atrás viendo cómo escapa aquello que había:

"Si tu magia ya no me hace efecto, ¿cómo voy a continuar?
Si me sueltas entre tanto viento, ¿cómo voy a continuar?"

El disco continua con dos buenas canciones hasta que llegamos, de manera consecutiva a los dos grandes temas en mi opinión; estamos hablando de canciones como «Mi primera combustión», una balada triste, desgarradora, que habla de la nostalgia, de aquello perdido, pero también de lo que queda de uno, de lo que se recupera; para mí ésta es una de sus mejores canciones y que sitúo entre mis favoritas en general. Canción corta, de poco más de dos minutos, con una letra perfecta:

Seis años después reapareces y hablando sola 
resumes tu noria de vida en un solo café. 
Y curado, al fin, me permito el lujo de observar ... 
tu pelo raro y creo que ahora fumas demasiado ... 
y hablas como si te hubiera preguntado: 
¿De quién te vengabas todo el tiempo que yo estuve a tu lado? ... 
Y aun no sé .. ¿a qué diablos viene ahora tu llamada? 
Tiembla tu cuchara y eso nunca queda bien. 
Di, di la verdad, llevas tiempo sin romper muñecos. 
Pasados unos meses alguien me ajustó de nuevo 
y queda un poco lejos cuando me incendiaste 
y ya .. soplaron las cenizas, volaron las cenizas.

Y justo a continuación de esta inmensa balada, aparece esa gran «Música de ascensores», canción con la que descubrí al grupo (muchos años más tarde) y que, para mí, supuso una revelación por su inicio potente, directo, con un ritmo que contagia, y que deja paso a un estribillo acompañado por ese punteo de guitarra que completa una perfecta melodía.  

El disco continua con alguna canción de estilo experimental para terminar bajando el ritmo, volviendo a la intimidad, canciones donde recobra el poder la voz de su cantante, una voz perfectamente imperfecta, afectada por un problema crónico de nódulos en las cuerdas vocales. Finaliza el disco volviendo a incrementar el ritmo y los decibelios para acabar con otro experimento del grupo, una canción en francés, con un estribillo a ritmo de punk, que me recuerda a «Debaser» de The Pixies por su bajo marcado, aunque de ritmo más lento.

Este disco hacía despegar al grupo más allá del éxito de los grupos en su ámbito local, y lo situaba entre uno de los que siempre hay que tener en cuenta. Se trata, sin duda, de un muy buen disco, que probablemente contiene algunas de sus mejores canciones publicadas hasta la fecha y que supondría el punto de arranque, esta vez sí, de una imparable carrera musical.

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