domingo, 19 de junio de 2022

The League Unlimited Orchestra: Love and dancing


Año de publicación: 1982

Valoración: imprescindible

No contentos con definir la esencia de la mezcla de pop y sintetizadores en su inigualado Dare!, The Human League amagan una mutación (solo amagan, la elección del nombre alternativo ya esconde un poderoso guiño a las esencias disco) y completan el colosal logro de su obra maestra aportando una vuelta de tuerca que confirma sus intenciones: ser grandiosos aunque fuera por un corto espacio de tiempo. No a la Warhol, por supuesto, más bien como se podía llegar a alcanzar en ese turbio mainstream británico que combinaba locura y ensalzamiento por la prensa especializada y una absurda pero vehemente elevación de ídolos para aniquilarlos al primer fallo. Y la cosa resulta sencilla, pero ahí también dieron muestras de ser pioneros. Tómese el material de un disco soberbio y combínese sin la mínima contemplación. El título (magnífico: Amor y baile) es de una elegancia supina. Tan osado como descriptivo. 

El contenido, empezando por la pluscuamperfecta extended mix de su hit Don't you want me. Perdonad que tire de archivo personal: escucharlo pinchado en su momento, Studio 54 de Barcelona, sesiones nocturnas, justo el juego de luces en los escasos segundos, tercer minuto, en que el loop se repite en la mezcla, antes de que tome el timón esa especie de rasgueo sintetizado, irrepetible instantánea que muestra la inigualable comunión que la música puede producir en una pista de baile entregada. Pero al margen de la obvia inclusión de su hit eterno, el disco aporta puro placer sonoro, desde la inclusión de Hard times, cuyas voces rememoran alguno de sus trabajos anteriores, hasta la entrañable progresión en crescendo lo-fi en The Things That Dreams Are Made Of, aquí las artes de Martin Rushent (un crimen ignorar su magnífica contribución al sonido del grupo e incluso al aguerrido concepto de entregar una versión alternativa de todo un disco) apelan al dub. Do Or Die avanza con una marcialidad de aires casi medievales. Pero hay de todo y es indudable que este sería un disco de cabecera para muchos de esos músicos que andaban por Detroit trasteando con teclados. Dare! es un disco perfecto e ineludible, Love and dancing es una pieza de complemento que se desborda en cada minuto y que demostró, 1982, que también las canciones perfectas podrían ser elevadas a otros niveles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario