Valoración: muy recomendable
La historia de coincidencias por la que Astrud Gilberto acabó desarrollando una carrera como cantante ya es conocida. Y la velocidad a la que los acontecimientos se precipitaron, notable. No pasó ni un año desde que aportara su voz, cálida y sensual pero con obvias limitaciones técnicas, en las canciones de esa biblia del género que fue Getz / Gilberto y ya se enfrascó en la publicación de este primer disco, donde contó con todos los requisitos para convertirse, de inmediato, en otro clásico. Publicado por Verve, sello emblemático de jazz, producido por Creed Taylor (que había aportado gloriosos arreglos) y, por supuesto, con la inestimable ayuda de Antonio Carlos Jobim, que aportó guitarras y la autoría de la mayoría de las canciones, cómo no. Si la bossanova era el estilo en eclosión, darle la espalda era una estupidez.
Gilberto alterna inglés y portugués en las canciones, once en un disco que no llega a la media hora, y prácticamente define el género y se condiciona, claro, su carrera posterior. Cantaría mejores o peores canciones (son sublimes sus rendiciones posteriores de The shadow of your smile o Manha de Carnaval), pero su voz, dulce y perezosa, se convertiría en una especie de marca de la casa e influiría a varias generaciones (desde lánguidas cantantes hasta grupos vanguardistas como Stereolab o Broadcast). El peso del material de Jobim es enorme aquí, y ello representó, a la larga, un lastre para Gilberto, que siempre fue "la chica que cantaba en Girl from Ipanema", pero es absurdo olvidar la relevancia de otras canciones, que aunque solo sirvieran para apuntalar el estereotipo son, pasados los años, eternos clásicos, revisitados por otros artistas pero siempre con la indeleble sensación de que esta era (con permiso de Joao Gilberto) su mejor versión. Canciones sencillas con deliciosos arreglos y melodías indelebles.
El álbum completo, aquí The Astrud Gilberto Album